La
fecundidad indica la media de hijos
que tiene una mujer en un determinado territorio. La
tasa de fecundidad mide la relación
entre el número de nacidos en un año respecto a la población femenina en edad
fértil (que se establece entre 15-49 años) por cada 1000 habitantes.
Actualmente,
las tasas más bajas de fecundidad las encontramos en Asia oriental y el
Pacífico con 1’77‰, que ha reducido la fecundidad en las últimas décadas
drásticamente, y Norteamérica con 1’87‰.
Existe
otro indicador de fecundidad llamado Índice
Sintético de Fecundidad (ISF), aunque su cálculo es más complicado. Éste
indica el número medio de hijos que van a tener las mujeres a lo largo de su
vida fértil. Este indicador es usado por la ONU debido a que la tasa de
natalidad y de fecundidad son más primarias.
Para
que haya reposición de generación el ISF debe de ser mínimo de 2’2 hijos. La
media mundial es de 3’6 hijos/mujer. Si el ISF se mantiene por debajo de 2’2
durante un largo periodo de tiempo, la población comienza a decrecer.

Este
no es el caso de España que tras una drástica bajada en la década de los 80 ha
bajado de un 2’2 a 1’36.
Las causas generales
de estas bajadas de nacimientos, se deben a:
Situación
económica: incorporación de la mujer al mercado
laboral.
Situación
social: educación y emancipación de la mujer.
Desarrollo cultural.
Factores
geográficos: mayor fecundidad en los ámbitos rurales.
Factor
político: control de nacimientos y políticas pro
antinatalistas.
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