Etimológicamente, no se sabe con certeza de donde viene la palabra “Europa”. Una de las teorías más propicias trata que esta palabra es proveniente del griego antiguo y cuyo significado se puede referir al “oeste”. Hay que tener en cuenta que en la época griega clásica, el centro del mundo era Grecia, Turquía y Egipto, por lo tanto el resto del continente se consideraba mayormente occidental a estas tierras.
La otra
teoría sobre el origen de esta palabra se remonta a la mitología griega, en la
que se narra la leyenda de la princesa Europa, que fue capturada por Zeus en
forma de toro y que tras llevársela a la isla de Creta, procrearon y sus hijos fueron llamados
“europeos”.
Históricamente, podemos decir que la
cuna de nuestra civilización la encontramos en la Grecia clásica, que es la
base de nuestra organización política y económica. La primera vez que se dio
una gran unidad a este continente fue con la implantación del Imperio Romano.
Éstos, han influido tanto en las lenguas (románicas) como en los derechos
humanos actuales.
Con la caída
de los romanos, llegan pueblos bárbaros procedentes del norte y van a dividir
el continente en muchos reinos en los que se implanta un régimen feudal con un
príncipe o rey a la cabeza. No obstante, esta sociedad medieval expulsa de los
antiguos territorios griegos y romanos las religiones paganas para unir a
Europa en una única religión, la cristiana.
Con la
finalización de la Edad Media, muchos de estos reinos se reunifican y poco a
poco se van formando países con fronteras similares a las actuales. Sin
embargo, el mapa de Europa es muy dinámico y ha terminado de formarse, de modo
que continuamente aparecen y desaparecen estados.
El continente
europeo se ha caracterizado por ser el primero en el que se implanta la
democracia como forma de gobierno. Además, en los grandes centros económicos
han comenzado a aparecer sociedades multiculturales.
Por otra
parte este continente destaca por el alto índice de desarrollo y de manera que
todos pertenecen al primer mundo, siendo algunos de ellos las primeras
potencias económicas. No obstante, aunque hay desequilibrios entre países, es
cierto que hablamos de unos desequilibrios con un índice de desarrollo tan alto
que no se puede calificar de segundo o tercer mundo.
Desde hace
muchos siglos, Europa siempre ha sido el centro del mundo y el que se ha
encargado de organizarlo. De tal manera, esto se puede observar en la
colonización de otros continentes como América o África. Podemos decir, además,
que cierta parte de esta colonización ha ayudado a la repoblación de estos
continentes.
No obstante,
en el siglo XX, tras las dos guerras mundiales, Europa ha perdido la hegemonía
a favor de Estados Unidos, que se ha consolidado como la mayor potencia mundial
del momento.
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